MÚSICA
Drácula cantaba 'heavy metal'
El actor Christopher Lee, que saltó a la fama por sus interpretaciones como conde vampírico en los años 60, despertó su vocación tardía como cantante de rock duro grabando varios discos y colaborando con bandas como Manowar y Rhapsody of Fire
Christopher Lee en la película de 'Drácula' (1958). / ARCHIVO
Christopher Lee fue el actor más prolífico dando vida al célebre y temible vampiro que con sus afilados colmillos salía del ataúd para hincarle el diente a sus víctimas y sacarles la sangre como hoy ya sólo una hipoteca sabe hacer. Antes de ser Drácula había sido Frankenstein, y después, al cabo de los años, ya pasando los ochenta, se convertiría en el Saruman de El Señor de los Anillos, y en el conde Dooku en dos entregas de la saga Star Wars. Pero este londinense de casi dos metros de altura fue también un cantante dotado de una poderosa y vibrante voz que grabó numerosos discos de rock duro y colaboró como narrador con el grupo estadounidense Manowar, como antes había hecho Orson Welles, y con la formación italiana de power metal Rhapsody Fire. Ni una tonelada de ristras de ajos ni la luz del sol ni una colección de crucifijos puestos en fila tenían poder alguno para frenar a Christopher Lee cuando este decidía dar rienda suelta a su pasión por el heavy metal, adquirida en los años 70 bajo la influencia de la banda Black Sabbath y la inspiración y confianza que le otorgaban saberse nieto de una soprano operística.
El actor Christopher Lee. / CEDIDA
Christopher Lee fue el primero en aproximar el personaje del conde vampiro a la intencionalidad sexualizadora y gótica que había mostrado la novela Drácula de Bram Stoker. El crítico cinematográfico Matthew Sweet aseguró que la actuación de Lee “convenció a toda una generación de académicos de que Drácula era un libro sobre sexo, no sobre vampiros”. Desde sus imponentes 196 centímetros de altura, Lee, hijo de una condesa y de un militar británico, ha sido para muchos, con permiso de Bela Lugosi, el mejor Drácula del cine, un papel que han interpretado actores como David Niven, Luke Evans, Klaus Kinski y Gary Oldman, entre otros. Nicolas Cage lo intentó.
Fichaje por Hammer Productions
HamletCartel de la película 'El poder de la sangre de Drácula' (1970). / ARCHIVO
Todo cambiaría con su entrada en Hammer Productions, una compañía inglesa fundada en 1934 que había ganado renombre por la realización de filmes de terror gótico. Allí, en 1957 protagonizó La maldición de Frankenstein y un año más tarde se colocaría una capa para convertirse en Drácula, el papel que cambiaría definitivamente su carrera en la industria cinematográfica. Su físico y su voz le hicieron proclive a representar papeles de villano, en los que acabaría encasillándose durante muchos años. Además de Frankenstein y Drácula hizo de fantasma, Fu manchú, la momia, Mefistófeles, Rasputín, Lucifer y el hombre de la pistola de oro en la entrega homónima de la saga de James Bond. Pero fue su papel de vampiro el que convirtió su rostro en conocido y el que le hizo saborear, además de la sangre de sus víctimas, el éxito comercial.
Con los años, llegarían más fotogramas de mordiscos del temible chupasangre en títulos como Drácula, príncipe de las tinieblas (1966), Drácula vuelve a la tumba (1968), El poder de la sangre de Drácula (1970), Las cicatrices de Drácula (1970), Drácula 73 (1972), Los ritos satánicos de Drácula (1973) y, entre medias, su trabajo en la película de Jesús Franco El conde Drácula (1970), rodada en parte en España.
Sin embargo, el público más joven es más probable que lo conozca por las películas en las que trabajó en el último tercio de su vida, pasados ya los 70 años de edad: Sleepy Hollow (1999), la trilogía de El Señor de los Anillos (2001, 2002, 2003), Charlie y la Fábrica de Chocolate (2005), Star Wars (El ataque de los clones) (2002) y La venganza de los Sith (2005) ), La brújula dorada (2007) y El hobbit (2012).
Christopher Lee como Sauron en la saga 'El señor de los anillos'. / ARCHIVO
En total, Christopher Lee participó en más de 250 filmes durante 67 años de carrera cinematográfica. Pero eso no fue todo. Según contó el actor en cierta ocasión, al escucharle cantar en una fiesta le llegaron a proponer formar parte de la ópera de Estocolmo. De casta le venía al galgo, pensó él, teniendo en cuenta que su abuela materna había sido soprano. Lee, consciente de que poseía una sólida voz de barítono, agradeció el ofrecimiento pero lo rechazó porque había decidido enfocarse en el mundo del cine.
Una tardía carrera musical
Band On The RunChristopher Lee Sings Devils, Rogues and Other Villains Mack The KnifeMan of the ManchaPero el actor que aterrorizó a millones de espectadores en el papel de Drácula acabaría tirando al monte y decantándose por el heavy metal. El propio Lee confesaría: “He llevado el metal en mis venas durante muchos años, lo que ocurre es que no lo sabía”. En cualquier caso, pese a su tardía vocación, tuvo tiempo de dejar un legado musical considerable. Su primer contacto con el género llegó de la mano de Rhapsody of Fire, una banda italiana de metal sinfónico, con quien colaboró en varios de sus discos, como Symphony of Enchanted Lands II: The Dark Secret (2004) o Triumph of Agony (2006). Justo en esos años llegó su álbum Revelation (2006), donde presentaba una mezcolanza musical que incluía de nuevo clásicos de Broadway aderezados esta vez por un estilo de metal sinfónico.
Sus dos siguientes discos serían un homenaje a la figura de Carlomagno, de la que su familia materna decía descender. En 2010 sacó a la luz su obra Charlemagne: By the Sword and the Cross, y en 2013, contando ya con 91 años, hizo lo propio con Charlemagne: The Omens of Death, ambos con una interpretación más decididamente metalera.
En 2010 Christopher Lee había prestado también su gutural voz como narrador a la banda metalera Manowar para una reedición del tema Dark Avenger incluido en su disco Battle Hymns, que había grabado originalmente Orson Welles en 1982. Precisamente en 2010, Lee fue distinguido por la revista Metal Hammer con el premio Spirit Hammer.
Sus últimos trabajos discográficos le llevarían a interpretar unas particulares versiones metaleras de villancicos tradicionales. En A Heavy Metal Christmas (2013) y A Heavy Metal Christmas Too (2014) puso voz a clásicos como Silent Night (Noche de paz) y The Little Drummer Boy (El pequeño tamborilero), aunque su mayor éxito entonces lo representó Jingle Hell, una adaptación del más decoroso Jingle Bells. Su último disco apareció en 2014 bajo el título de Metal Knight, y en él incluía, como si se tratase de un metal crooner, versiones pesadas de clásicos como My Way, The Impossible Dream (del musical El hombre de la Mancha) o La Marcha del Toreador, de la ópera Carmen. Un año más tarde, Christopher Lee fallecería en su Londres natal a los 93 años.
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