Entrevista | Andrés Calamaro Cantante y compositor

Andrés Calamaro: "Vivo sin lujos, me alcanza con no madrugar para trabajar 8 horas y volver a casa en transporte público"

Hablamos con un músico con historia pero que dice no practicar la nostalgia, siempre pendiente de buscar "la música próxima"

Andrés Calamaro. / Thomas Canet

Martina Andrés

Dice Andrés Calamaro que no está buscando nada en particular "fuera de cantar bien hoy": "Tengo historia, sí, pero no practico la nostalgia. En este sentido, si estoy buscando algo, estaría buscando la música próxima. No obstante, ahora estoy de gira y me cuesta enfocarme en otras cosas más concretas, aunque sí puedo decir que hay más discos por hacer", apunta. El argentino está enfrascado en un tour que le llevó este sábado 29 de julio al Starlite Festival de Marbella.

¿Qué cree que esperan sus seguidores de estos conciertos?

Supongo que esperan escuchar algunas de sus canciones preferidas de este repertorio. Quizás el factor sorpresa sea escuchar una canción dentro de otra. Las expectativas, ya sean muchas o muy pocas, son como son, nos debemos al público que paga una entrada y a nuestra propia conciencia ética.

Comenzó la gira en mayo, y sobre las giras, ha dicho que no espera placer de ellas, que más bien son un compromiso. Los compromisos a veces cuestan. ¿Le pasa a usted?

Placer y compromiso en una sola frase suena a la consagración de este oficio. Soy músico hace muchos años, acceder a giras duras es un privilegio además de un compromiso.

Está inmerso en un proyecto de podcast que lleva por título Ni chivatos ni membrillos, podcast al que define como un "patio cultural ambicioso". Ha comentado que el título es "código de rockeros y marginales, bandidos y librepensadores". ¿Qué es para usted un librepensador?

Un racionalista, un dogmático inverso.

Ha reflexionado en alguna entrevista sobre como las críticas han sido reemplazadas por las cancelaciones. ¿Cree que estamos en una sociedad que cancela con demasiada facilidad? ¿No ha sido así siempre?

No sé si haya sido así siempre, ya veremos cuando instalen campos de concentración para cancelados. Estas campañas de indiferencia agresiva combinan interesantes dosis de ingenuidad y cinismo.

¿Qué es lo que más está disfrutando del formato podcast? Ha dicho en alguna entrevista que antes de empezar este proyecto, no había escuchado ninguno. ¿Lo hace ahora?

Sigo sin escucharlos. Creo que hay más podcasts que personas.

Al preguntarle si ha llorado por Maradona, ha respondido que no sabe llorar. ¿Cómo se descarga, entonces, de determinadas emociones, además de con la música?

A las emociones hay que templarlas, está bien emocionarse en el cine pero no es algo para ir exhibiendo. Tampoco vuelco mis emociones en la música, no es algo indispensable. No soy de la clase de hombres que lloran. Lo prefiero así.

En otra entrevista reciente ha dicho que "España destrata a sus artistas con indiferencia e impuestos". ¿Así es como se ha sentido estos años? ¿Cree que la situación cambiará en algún momento?

Es la frase final del libro de Manuel Chaves Nogales, el de Martínez, el bailarín que emigra a Rusia apenas antes de la revolución bolchevique. No es personal, nadie me prometió nada y soy agradecido con España. Tampoco tiene que ser mi experiencia personal para ser cierto.

Entre los artistas emergentes que le gustan especialmente, ha destacado al argentino Dillom. ¿Por qué? Además de por lo de compatriota…

No soy un estudioso de la música emergente ni un oyente contemporáneo. No me parece del todo posible escuchar mucha música mientras estamos manipulando la nuestra propia y eso es casi siempre. Como oyente soy cosmopolita, escucho cantores de Jerez y de Ponce, Puerto Rico.

¿Algún artista español emergente que lo inspire o con el que le gustaría colaborar? Como ya hizo en su momento con C. Tangana…

Creo que prefiero artistas sumergidos que emergentes. Cuando no estamos de gira, estoy bastante abierto a colaborar con otros intérpretes si me llaman. Por lo general celebro la música de mis compañeros de profesión, no quiero ir señalando lo que no me ha gustado, tampoco escucho música si no me agrada.

"El rock no se ha aburguesado, pero yo sí". Estas declaraciones las hacía el pasado mes de marzo. ¿En qué sentido piensa que se ha aburguesado? ¿Cree que es algo que nos pasa a todos con los años?

Es una broma para restarle importancia al tópico del status corporativo del mundo del espectáculo. Soy músico sudamericano, no provengo de la burguesía ni de la clase obrera. Vivo sin ninguna clase de lujos, no tengo coche ni relojes, no me interesa viajar ni irme de vacaciones. Me alcanza con no madrugar para trabajar ocho horas y volver a casa en el transporte público, es mi principal privilegio. Es casi imposible que un músico llegue a viejo con fortuna. Ya quisiera yo.

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