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'Por un mañana mejor': ¿y si Don Draper vendiera casas lunares?

Billy Crudup es un carismático engatusador en esta comedia dramática retrofuturista sobre la promesa espacial que estrena Apple Tv

Billy Crudup (Jack Billings) en ’Por un mañana mejor’. / APPLE TV+

Por un mañana mejor arranca, sin preámbulos ni introducciones, en mitad de un día cualquiera en lo que parece el Estados Unidos de los cincuenta, pero resulta ser una remezcla retrofuturista, un país donde Los Supersónicos debe ser un reality show.

Los robots son camareros, jardineros, carteros o enfermeros. Los perros cuestan menos de cuidar: también son automáticos. La gente no va al trabajo en patinete (gracias a Dios), sino en mochila cohete.

Se podría decir que esta sociedad ha llegado lejos, pero no todo funciona tan bien como se podría esperar, empezando por el corazón humano. De esa insatisfacción crónica saca provecho el engatusador Jack Billings (Billy Crudup, de nuevo con Apple tras resurgir en The Morning Show), líder de un grupo de vendedores de casas en multipropiedad… sobre la faz de la luna.

No es difícil imaginar a Amit Bhalla y Lucas Jansen, guionistas curtidos en Bloodline, vendiendo su serie con una pregunta irresistible: ¿y si Don Draper vendiera la promesa de una vida en el espacio? Billings es el mejor en lo suyo, un encantador de serpientes que inspira diariamente sus colegas Eddie (el gran Hank Azaria), jugador con algunas deudas, y Herb (Dewshane Williams), servicial con todo el mundo hasta que, seguramente, decida dejar de serlo. Shirley (Haneefah Wood), mano derecha de Jack y amor de Eddie, impone el sentido común en esta olla a presión de testosterona. 

En un día cualquiera en esos Estados Unidos inventados, Billings puede inspirar a desconocidos a tomar decisiones arriesgadas o a dar ese paso que llevaban demasiado tiempo dejando para otro momento. Puede hacer que cambien de trabajo, como logra con el joven Joey Shorter (Nicholas Podany), el hijo al que un día abandonó, para más señas, y al que acoge en su compañía para tratar de darle una vida mejor. Jack prefiere convertirse en su figura paterna a contarle que, de hecho, es su padre, lo que genera una gran tensión emocional. Llegada la hora, deberá dar el discurso de su vida si quiere que Joey le perdone el engaño. 

Billy Crudup, actor a reivindicar, ha nacido para dar vida a un personaje así de complejo, capaz de las peores artimañas y de las buenas acciones, o de artimañas con buenos motivos. A la intriga familiar se une la duda sobre las propiedades lunares en venta: ¿despegarán algún día cohetes hacia la colonia Brightside? ¿O es todo la estafa del siglo (XX, pero con avances del XXI)? ¿Quién eres, Jack Billings? Un enigma, como Draper. 

Pero la exhibición de carisma es, en realidad, coral: a los grandes actores ya citados se unen Jackie Weaver (matriarca de la película de culto Animal Kingdom) como la insistente madre del turbulento protagonista; Alison Pill (Maggie de The Newsroom, entre mil cosas) como esposa engañada a la fuga, o Frankie Faison (el Coconut Sid de Haz lo que debas) como sheriff espacial en un serial televisivo. Ni siquiera ellos pueden salvar algún momento cómico algo fláccido, pero todos saben sacar partido a los aspectos melancólicos, que son mayoría. 

Incluso cuando sus chistes caen en saco roto, la serie solo se puede mirar con placer. Ahí quedan las bellas composiciones del director británico Jonathan Entwistle, que ha acertado trayéndose de Esta mierda me supera al director de fotografía Justin Brown y la diseñadora de producción Maya Sigel. Mención aparte merecen el diseño de vestuario de Anna Terrazas (Roma) o unos efectos especiales en los que todo parece táctil. Y si tu historia va de ciencia ficción retrofuturista, debes llamar al líder de Devo, Mark Mothersbaugh, para componer la música. Claro que sí. 

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