El que empieza este viernes es el gran fin de semana del arte en Madrid. 55 galerías de la ciudad, las adscritas a la asociación Arte Madrid, se abren a la calle y al público general con la inauguración simultánea y festiva de las exposiciones con las que arrancan la temporada, aunque serán más espacios los que aprovechen para unirse de una manera más informal a la convocatoria. Después de dos años marcados por mascarillas y aforos -la cinta del arte también se cortó en los años pandémicos-, esta vez lo hacen por fin sin restricciones y esperando un aluvión acorde con los tiempos que corren, esperando superar las 17.500 visitas que se registraron durante el mismo fin de semana el año pasado.

El pistoletazo de salida de la edición número trece de Apertura fue ayer jueves, pero será entre hoy y el domingo cuando más gente se acerque a disfrutar de exposiciones como la del clásico italo-argentino y padre del espacialismo Lucio Fontana en la galería Helga de Alvear, la que Blanca Berlín dedica a la fotógrafa Isabel Muñoz o una de las más particulares de este año, la que la Galería Guillermo Osma ha organizado en torno a los juguetes creados por el artista y estudioso de la primera mitad del siglo XX Joaquín Torres-García.

Además de recibir a sus habituales, las galerías esperan sobre todo a ese público que normalmente no traspasa sus puertas, el verdadero objetivo de esta iniciativa que calca la de otras ciudades europeas como Berlín, París o Londres. Muchos de esos espacios programan estos días su exposición más importante del año, conscientes de la repercusión que la convocatoria tiene entre público y medios. Todo viene además aderezado con horarios ampliados y actividades paralelas que van más allá de contemplar obra: desde presentaciones de libros y vermús hasta visitas guiadas por los propios artistas o los recorridos por distintas galerías acompañados de especilistas que se organizan en colaboración con ARCOMadrid.También está la posibilidad de hacerlo por cuenta propia, guiándose por la app de Arte Madrid. Además, se abren enclaves de la ciudad normalmente cerrados al público pero donde también anida el arte, como la sede principal de Bankinter que aloja los frescos de Palazuelo. Y dos Museos Nacionales, el de Artes Decorativas y el del Romaticismo, verán sus salas okupadas temporalmente por dos artistas actuales, Federico Miró y Pio Rivero. Todo, con el fin de convertir a las galerías y al arte contemporáneo en lo que pocas veces son: populares.

“Una de las cosas que siempre nos preocupa y a la que damos muchas vueltas es cómo comunicar que estamos abiertos al público”, explica a este diario Nerea Fernández, presidenta de Arte Madrid y al frente de la galería Nieves Fernández. “El trabajo de una galería, de montar una exposición, los costes que requiere en viajes, producción... ya están hechos. Si nadie lo disfruta, independientemente de que sean compradores o no, es una pérdida importante. Además de que aumentar el coleccionismo en este país, y que la cultura no sea tan precaria, pasa por la educación. Somos muy conscientes de ello”.

Ese propósito de comunicar y casi hacer pedagogía con el arte y la cultura es lo que también destaca Rebeca Blanchard, cofundadora de la galería Nogueras Blanchard. “Para mí lo importante de estos días es sobre todo que se enfatiza la visita al espacio físico de las galerías, fuera del mercado, fuera de cualquier otra conversación que pueda haber en el mundo del arte. Es: ‘ven a verme a la galería. Ven a ver mi exposición. Ven a hablar conmigo. No tengas miedo’”.

El temor a cruzar la puerta sigue ahí, o al menos eso opinan varios galeristas consultados por este periódico. “La gente nos ve como algo elitista, porque se cree que somos como ese 1% del mundo del arte que representan las grandes galerías multinacionales superpoderosas", continúa Blanchard, que además de su exposición de Joan Brossa inaugura estos días nuevo espacio en la zona de Alonso Martínez. "Si ves las noticias y te cuentan que una celebrity ha ido a tal galería y ha comprado no se qué por dos millones, eso es una galería de arte para ti, y es normal que digas: ‘yo no voy a entrar en este sitio’. ¡Pero si hay mucha gente que hasta nos pregunta el precio de la entrada!”. Por extraño que parezca, el tema de la gratuidad de las galerías es algo que todavía no está claro para muchos. Hasta tal punto que Nerea Fernández tuvo que subrayarlo ayer durante la presentación de Apertura.

Pero la convocatoria no es solo importante para los galeristas. También es clave para quienes muestran su trabajo. Luna Bengoechea es una artista canaria que interviene en el paisaje para denunciar las problemáticas que genera la industria alimentaria. Para Proyecto Salinas, su ultimo trabajo que se puede ver en la galería Lucía Mendoza de la zona de Salesas, Bengoechea dibujó con sal en tres salinas artesanales canarias las siluetas gigantes de unas aves que dependen de los ecosistemas que generan esas salinas para sobrevivir. Creaciones efímeras que duran lo que permite la meteorología, y que aquí se presentan a través de fotos y vídeos que transmiten la ambición del proyecto.

Aunque ya ha tenido varias exposiciones individuales, es la primera vez que participa en Apertura. “Esto no es una exposición ‘normal’, es una ocasión especial. Primero, porque es muy significativo abrir la temporada. La difusión que tiene la exposición es muchísimo mayor y está enmarcada dentro de un programa en el que hay muchas otras actividades. Y además es una inauguración prolongada, cuatro días en los que conectas con otras galerías, otros artistas. Además, después del verano hay un ambiente como cargado de energía”. Estos días pasará en diferentes momentos por la galería para hablar con quien lo desee, y el sábado a las 12h presenta en el mismo espacio el fotolibro de su proyecto.

No muy lejos de allí está la que para algunos especialistas es una de las muestras clave de esta convocatoria. Se trata de la dedicada a la brasileña Anna Bella Geiger en la galería Aural, con sedes en Alicante y en la madrileña calle Pelayo. Geiger es una artista y académica comprometida y muy veterana -tiene 89 años- que ha centrado su trabajo en temas relativos a la identidad, los territorios y la geopolítica. Aquí hay piezas en diferentes técnicas y formatos: cajas de luz, pequeños textiles, esculturas, pintura, vídeos muy primitivos, dibujos realizados con los caracteres de una máquina de escribir... Casi siempre representan mapas o retratos y autorretratos de la artista y su familia, que indaga en sus orígenes y los de sus paisanos brasileños y latinoamericanos.

Geiger era una artista casi desconocida en España hasta que la directora de Aural, Begoña Martínez, la trajo por primera vez en 2014. Martínez explica que difundir, dar a conocer este trabajo, es fundamental, y Apertura es la ocasión perfecta. También para reencontrarse con el público después de dos años difíciles y cuando la cosa parece volver a despegar, aunque sin certezas. "Este año hay alegría porque la Bienal de Venecia ha coincidido también con Kassel, y a nivel europeo ha habido mucho movimiento de gente que viene de Latinoamérica, de Estados Unidos e incluso de Asia. Pero aún así, hay mucho temor de las circunstancias sociopolíticas". Esos temores, comunes a todos, son los que público y galeristas podrán disipar estos días a base de paseos artísticos y cócteles entre valiosas piezas. Después, ya se verá.