MÚSICA

'Sisters With Transistors': la fascinante (y olvidada) historia de las pioneras de la música electrónica

Un documental que se estrena este viernes en Filmin recupera el papel crucial de las mujeres compositoras de sonidos sintéticos entre los años 30 y los 70 del siglo XX

La pionera de la música electrónica Daphne Oram. / ARCHIVO

Quim Casas

¿Alguien tocó mejor el theremin que Clara Rockmore? ¿No fue Bebe Barron, con su esposo Louis, la primera en revolucionar la música cinematográfica electrónica con la banda sonora de Planeta prohibido? ¿Hubo alguien más importante en el taller de música radiofónica y televisiva de la BBC de los años 60 que Delia Derbyshire, responsable del tema principal de la serie Doctor Who? ¿Alguna compositora de música electrónica se posicionó más en contra del dominio ejercido por los hombres que Pauline Oliveros? De todo ello, y mucho más, trata Sisters With Transistors: las pioneras de la música electrónica, un excelente documental de Lisa Rovner disponible en la plataforma Filmin a partir de este 1 de abril.

El enunciado del filme es abiertamente feminista. Su narradora, Laurie Anderson, otra figura esencial en el tratamiento electrónico de la música –tanto pop como de vanguardia– lo deja claro desde el principio: "La tecnología es una gran liberadora. Destruye las estructuras de poder. La atracción de las mujeres por la música electrónica es natural. No necesitaban la aceptación de los medios dominados por los hombres: emisoras de radio, discográficas, salas de concierto y promotores. Se podía hacer y presentarla directamente al público. Una libertad tremenda. Pero la historia olvida a las mujeres. Es una historia de silencio".

El trabajo de Rovner pone voz a ese silencio. Y nunca mejor dicho, ya que, si las imágenes de archivo son fundamentales, aún lo es más la recuperación de las voces originales de estas compositoras de los años 30, 40, 50 y 60 del siglo pasado explicando lo que hicieron, por qué lo hicieron y cómo lo hicieron. El documental comienza con una compositora posterior, Suzanne Ciani, anunciando su concierto del 30 de abril de 1974 con sintetizador Buchla, creado por Don Buchla, el máximo competidor de Robert Moog. Ciani explica que ve la tecnología como dueña absoluta de la creación: lo que se maneja no son notas, sino energía. El relato da un salto hasta los años 40 con la fascinante Clara Rockmore explicando como funciona el theremin y asegurando que es más difícil de tocar que el violín… y ella fue primero violinista. Tocar al aire con alas de mariposa, decía Rockmore en referencia al manejo de la antena y los osciladores con los que se crea la música tan misteriosa y ondulante de este instrumento.

La virtuosa del theremin Clara Rockmore. / ARCHIVO

Derbyshire relata, en una entrevista realizada en 1965 en el seno de la BBC, su manera de grabar sonidos reales y transformarlos con cintas ralentizadas, o inventar sonidos que no existen, al mismo tiempo que recuerda como su amor por los sonidos abstractos procedía del ruido de las sirenas antiaéreas durante los bombardeos en la segunda contienda mundial. Daphne Oram, otra maga electrónica de la BBC, de finales de los 50, creadora de un gran abanico de efectos radiofónicos, también es muy didáctica cuando muestra la creación de auténticos poemas sonoros mediante el sonido obtenido de generadores y transformado con cintas en bucle. Oram creó en 1958 los oramics, el sonido dibujado, o la representación gráfica del sonido dibujando líneas y formas directamente sobre la cinta magnética.

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La compositora de música electrónica Suzanne Ciani. / ARCHIVO

'Planeta prohibido'

Bebe y Louis Barron pusieron sonidos electrónicos a muchos filmes de vanguardia, pero se dieron a conocer con su revolucionara propuesta musical para el filme de ciencia ficción Planeta prohibido, de 1956: Louis diseñaba sonidos sobrecargando placas de circuitos y Bebe los procesaba y manipulaba para crear música. El documental revisa la obra de otras autoras, como Maryane Amacher y sus colaboraciones con el coreógrafo y bailarín Merce Cunningham, pero es particularmente destacable el bloque dedicado a la estadounidense Pauline Oliveros. "¿Cómo se exorciza el canon misógino de la música clásica?", se plantea esta compositora, lesbiana y feminista, la primera que abogó por que no fueran llamadas mujeres compositoras, sino, simplemente, compositoras. "Pues con dos osciladores, un tocadiscos y un delay de cinta", una auténtica revolución.

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