EL PERIÓDICO

Barcelona ordena el cierre de 30 clubs cannábicos y prepara la clausura de la totalidad de locales

Varias inspecciones de técnicos del ayuntamiento y de la Guardia Urbana han acreditado numerosos incumplimientos

Cannabis / Pexels

Ofensiva de Barcelona contra los clubs cannábicos de la ciudad. La pasada semana el Ayuntamiento inició los procedimientos sancionadores contra 30 asociaciones cannábicas de la ciudad que implica su cierre entre seis meses y dos años, tal y como establece esta normativa. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, varias inspecciones de técnicos de los 10 distritos de la ciudad y agentes de la Guardia Urbana han conseguido indicios contra estos clubs para considerar que son "los más conflictivos", ya que generan quejas de los vecinos o se ha podido acreditar consumo y posible venta in situ.

Actualmente, Barcelona tiene 212 clubs cannábicos regularizados. Una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya de 2019 suspendía el plan especial urbanístico para la ordenación de 2016 de clubes y asociaciones de consumidores de Cannabis en la ciudad, al considerar que invadía una competencia estatal en materia de legislación penal. En 2021 el Tribunal Supremo (TS) inadmitió el recurso del consistorio y la decisión judicial fue firme.

A partir de entonces, el ayuntamiento inició el procedimiento para ajustar a la norma actual el funcionamiento de estos clubs cannábicos, ya que no pueden, siguiendo la legislación, promover, consumir o cultivar este tipo de sustancias. Para determinar los 30 expedientes de cierre el Consistorio ha tenido en cuenta "los antecedentes" de cada local, tal y como ha explicado a este medio la gerente de Les Corts y coordinadora del proyecto de inspección de cannábicas de la gerencia territorial del Ayuntamiento de Barcelona, Yolanda Hernández.

De esta forma, se han tenido en cuenta las inspecciones realizadas anteriormente, las quejas recibidas o las multas impuestas por incumplir la actividad. El expediente de cierre es un paso más que la sanción económica y desemboca en el precinto del local como máximo a los 24 meses. Las notificaciones de clausura de estos 30 clubs han concluido esta semana y ahora se abre el plazo de alegaciones de los afectados, que el ayuntamiento deberá responder.

"Cumplimiento estricto"

El teniente de alcalde de Prevención, Seguridad, Convivencia y Régimen Interior de Barcelona, Albert Batlle, remarca en declaraciones a este diario que los clubs cannábicos "no tienen sitio" en la ciudad, ya que deben cumplir con la normativa actual. Además, asegura que estos locales "forman parte de la problemática que rodea el consumo de droga, así como de la distribución y del comercio". "Es un problema que queremos apretar y los técnicos y los agentes de la Guardia Urbana deben velar por el cumplimiento estricto de la licencia que tienen", sostiene.

Pese a los recursos que se puedan interponer, el consistorio afirma que en tres meses se ordenará el cierre, a no ser que algún local lo decida hacer antes por su cuenta de forma voluntaria. La intención municipal es seguir con la misma política en los 182 clubs que quedarán y ordenar su clausura si se incumple la normativa que impide consumo o promoción. Un tercio de los 30 locales que deben bajar la persiana están entre Ciutat Vella y el Eixample.

Técnicos municipales y agentes de la Guardia Urbana realizaron durante los últimos meses una inspección de 57 clubs cannábicos que ha llevado a estos 30 procedimientos sancionadores de cierre de obligado cumplimiento por vía administrativa. Hernández ha recordado que tras la sentencia del TSJC se envió una carta a los clubs para que cumplieran la normativa y en la que se les advertía de posibles multas en caso de no hacerlo. Entre los obstáculos con los que ha lidiado el consistorio hay por ejemplo que algunos clubs están habilitados como domicilios y, por tanto, entrar en ellos requiere una orden judicial.

Contra los promotores

El intendente Pedro Jiménez, subjefe de la División Territorial de la Guardia Urbana de Barcelona, ha explicado que una de las prácticas que ha fortalecido los expedientes de cierre es descubrir 'captadores', personas que en vía pública se encargaban de promocionar los clubs cannábicos principalmente entre turistas y acompañarlos hasta los locales. "La captación es una ilegalidad, ya que no se permite la promoción para el consumo", destaca el intendente. 

Además, estos clubs están inscritos en el registro como asociaciones y la normativa impide inscribir a no residentes en la ciudad como socios, por lo que la presencia de turistas, que se ha constatado, es ilegal. Su estancia en la ciudad es temporal, así que no pueden considerarse vecinos de modo alguno. "Había clubs con miles de socios en Ciutat Vella", señala el consistorio.

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Treintena sin licencia

Además, Barcelona tiene unos 30 clubs cannábicos ilegales cuyo cierre es más rápido porque carecen de licencia. Habitualmente las quejas vecinales por ruido u olor de droga permite detectarlos, señalan los responsables municipales. En 2022 la Guardia Urbana realizó 223 inspecciones, pero solo pudo entrar en 159, ya que 48 no les dejaron acceder y 13 estaban cerrados. De los 159 que pudieron inspeccionar unos 85 incumplían la normativa totalmente.

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