ENERGÍA

El comercio de ida y vuelta del gas que pasa por España: la mitad se compra en África y ahora un tercio se revende a África

Las energéticas disparan los envíos desde España hacia Marruecos y ahora también hacia Egipto. Argelia se ha consolidado de nuevo como primer proveedor de gas tras los vaivenes de la crisis

Planta regasificadora de Enagás en Barcelona. / Enagás

David Page

España se ha convertido en un gran centro global de reventa de gas tras la sacudida provocada en el comercio energético internacional por la crisis energética y por el terremoto geopolítico derivado de la invasión de Rusia sobre Ucrania. Las grandes infraestructuras gasistas nacionales se han erigido en una pieza importante para facilitar a los países europeos su búsqueda de nuevos países proveedores de gas natural con el objetivo de reducir su dependencia de Rusia.

España está exprimiendo su amplia red de plantas regasificadoras -las que reciben y envían el gas por barco- y también sus conexiones por gasoductos con Europa para disparar la reventa de gas a otros países. El sistema gasista nacional ha marcado dos años consecutivos de récords históricos de reexportaciones y está demostrando flexibilidad suficiente para adaptarse a cambios rápidos en el mapa de proveedores y de compradores.

Tras algunos vaivenes en los últimos años y especialmente durante lo peor de la crisis energética, Argelia se ha asentado de nuevo como principal proveedor de gas de España gracias al gasoducto que une ambos países, confirmando el papel histórico que ha mantenido durante el último medio siglo (pero que perdió temporalmente en favor de Estados Unidos en plena sacudida comercial global por la crisis). Ahora le siguen Rusia, que ya se ha consolidado como segundo gran suministrador a pesar de la guerra y a la espera de que se noten las incipientes sanciones europeas al gas ruso, y Estados Unidos.

La reconfiguración constante de los pesos de los diferentes suministradores y sobre todo de los distintos compradores del gas que pasa por las plantas españolas ha creado una suerte de comercio de ida y vuelta con África. Casi la mitad de todas las importaciones españolas de gas proceden de países africanos, y en los últimos meses se han disparado los envíos de gas desde España hacia el norte de África hasta concentrar un tercio de toda la reventa, según los registros de Enagás, el gestor del sistema gasista español, y de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

Argelia es origen actualmente de algo más de un tercio de todas importaciones de gas que llegan al sistema gasista español y si se suman las llegadas menores desde Nigeria y Congo, África concentra la mitad de las compras internacionales (en los últimos doce meses, unos 90.000 del total de 200.000 gigavatios hora -GWh- equivalentes importados).

La crisis egipcia dispara los envíos

La gran mayoría del gas que llega a España se utiliza para consumo interno o para alimentar las reservas del país, pero una parte -en torno a un 20%- se reexporta a otros países y ahora algunos países norafricanos están teniendo un papel muy relevante como compradores del gas que pasa por las plantas españolas. Tras más que doblar las ventas desde España durante los meses de verano, África ha escalado hasta erigirse en el mayor mercado continental de las exportaciones españolas, por delante de Europa. Los envíos hacia Marruecos y más recientemente también Egipto se han disparado, hasta el punto de que en junio entre ambos concentaron casi la mitad de todas las exportaciones y en julio en torno a un 35% del total.

Egipto ha visto cómo se ha ido apagando el sueño de convertirse en un gran exportador de gas natural hacia Europa. Tras descubrir un gran yacimiento hace una década y conseguir elevar sus ventas al exterior durante unos años, ahora la producción se ha ido reduciendo y las necesidades de consumo interno se han incrementado, por lo que el país ha vuelto a convertirse en importador neto de gas.

Durante los meses de verano, con el consumo disparado por las altas temperaturas, Egipto ha incrementado sus compras foráneas y también ha recurrido de manera intensiva a España. En junio y julio ha llegado a convertirse en el el segundo mayor destino de las exportaciones españolas, sólo por detrás de Francia y desbancando a Marruecos, que se ha asentado ya durante los dos últimos años como gran destino de los envíos de gas desde plantas españolas.

Guiño a Marruecos

El Gobierno español quiso hacer un gran guiño a Marruecos hace dos años, con Moncloa volcada en recomponer las relaciones diplomáticas con Rabat. España reabrió el gasoducto Magreb-Europa, que había cerrado de manera unilateral por Argelia unos meses antes. El día en que se reabrió el grifo fue el 28 de junio de 2022 se convirtió en histórico porque la reactivación del tubo que pasa a través del Estrecho de Gibraltar y llega hasta Tarifa, en Cádiz, no era para que llegase gas natural a España como siempre había sucedido durante un cuarto de siglo, sino que se revirtió el sentido del flujo de suministro para mandar gas de España a Marruecos.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez lanzaba en plena crisis energética una ayuda crucial para Marruecos, facilitando el suministro de gas natural que había dejado de recibir por la decisión de Argelia de cerrar el gasoducto. Un guiño a Marruecos, pero también un tropiezo con Argelia. Y es que el capote a Rabat llegaba también en pleno choque diplomático con Argelia, tradicional principal proveedor de gas hacia el mercado español, desatado por el giro del Gobierno en la postura tradicional española sobre el Sáhara Occidental, pasando a respaldar el plan autonomista de Marruecos y que Argel rechaza.

Dos años después de la reapertura del gasoducto del Estrecho, Marruecos se ha consolidado ya como uno de los grandes destinos de las exportaciones de gas desde España. Rabat está aprovechando al máximo la tubería para garantizar el suministro y se ha colocado como segundo mayor cliente del gran negocio de la reventa de gas desde España, sólo por detrás de Francia, según confirman mes tras mes los registros de Enagás y de Cores. El pasado enero, Marruecos incluso llegó a colocarse por primera vez en la historia como primer destino de las exportaciones de gas desde España, concentrando el 28% de todas las exportaciones mensuales. Sólo ha sucedido ese mes.

En lo que va de año, los envíos a Marruecos concentran una quinta parte de todas las reexportaciones de gas natural desde España, superando claramente la cuota del 12,5% que consiguió acumular en el conjunto del año pasado y disparándose en relación al cerca del 5% que consiguió concentrar en la segunda mitad de 2022 en que se inició el flujo entre España y el país norafricano. Los envíos de gas a Marruecos han exprimido el gasoducto Magreb-Europa y a momentos se ha rozado la capacidad máxima de bombeo del gasoducto.

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España, en sentido estricto, no está vendiendo gas a Marruecos. El papel de España se limita a recibir en sus plantas de regasificación los barcos con el gas que compra Rabat a cualquier país proveedor y lo envía a través del gasoducto de Tarifa hasta el país alauí. Todo el gas reexportado desde España a Marruecos cuenta con un certificado y monitorización de origen para asegurar que no envía ninguna molécula procedente de Argelia, como exige el Gobierno de Argel.

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