Estrategia comercial engañosa

El chasco del refresco que se acaba en cuatro sorbos: cinco claves para saber qué es la reduflación

El Congreso aprueba con una amplia mayoría una propuesta para combatir esta práctica en los supermercados españoles

Estantes vacíos durante la campaña de Carrefour contra la subida de precios de Pepsico. / Manu Mitru

María Jesús Ibáñez

Botellas de refrescos que parecen menguantes, bolsas de patatas fritas con más aire que patatas, envases de embutido en los que, de un día para otro, salen menos lonchas... Y haber pagado por todo ello el mismo precio que antes de que empezaran a reducirse. Esto es una estrategia comercial, a la que en los últimos tiempos se han sumado algunas empresas, que ha sido bautizada como reduflación, porque viene a ser un modo de enmascarar la inflación de los productos. Consiste en reducir el contenido del producto que se pone a la venta, pero sin modificar su precio, con lo que, al final, el consumidor acaba pagando lo mismo por menos. Son varias las asociaciones de consumidores que lo han denunciado ya en España y, en algunos países, se han empezado también a tomar medidas para erradicarla.

"Pagamos lo mismo, pero se nos acaba antes, lo que supone una auténtica estafa que menoscaba la confianza del consumidor", sintetiza la diputada socialista Noelia Cobo, que esta semana ha defendido en el pleno del Congreso de los Diputados una propuesta para poner freno a esta práctica en España. La iniciativa parlamentaria insta al Gobierno a estar atento al fenómeno, a que obligue a las empresas a informar y a ejercer un mayor control. La propuesta ha sido aprobada este jueves con un amplio apoyo. Solo Vox se ha abstenido, mientras que los siete diputados de Junts han estado ausentes.

Y aunque la palabra todavía no es popular y son pocos los que la han oído mencionar alguna vez, lo cierto es que "en torno al 60% de los consumidores aseguran haber sido víctimas de la reduflación en algún momento", agrega Cobo. ¿Realmente se trata de una subida de precios encubierta? ¿Qué se ha hecho hasta ahora para combatirla? ¿Qué pueden hacer los compradores que la sufren?

¿Por qué se habla de estafa o de engaño?

"Es un ataque directo a nuestro poder adquisitivo y a la transparencia en el mercado", denuncia Cobo, en conversación con este diario. Y es que, además de suponer un engaño a los compradores, la reduflación incurre en una competencia desleal para los fabricantes de productos similares, "además de contribuir a la pérdida de reputación, tanto de la marca como de la cadena o del establecimiento que distribuye ese producto", indica la diputada cántabra. Y aunque son muchos los que consideran que vulnera los derechos de los consumidores, la verdad es que hasta el momento la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) todavía no se ha pronunciado sobre las seis denuncias que ha recibido hasta ahora por parte de la Organización de Consumidores OCU. "Hemos detectado que algunos fabricantes de alimentos están reduciendo el contenido de sus envases entre un 5% y un 10% para despistar a los consumidores y que no se note la subida de precio de los alimentos", ha denunciado la entidad.

¿En qué tipo de productos se aplica?

"Se trata de una tendencia cada vez más extendida, que afecta también a productos de higiene y droguería", denunciaba ya en 2022 la OCU, que en junio de ese mismo año denunció a la CNMCPastas Gallo, Danone, Pescanova, Colacao, Tulipán y Campofrío. En concreto, según esta organización de consumidores, los productos en los que se detectó una disminución de cantidad en el envase, sin que ello supusiera una rebaja de precio fueron el envase de 800 gramos de Cola-Cao, que pasó a contener 760 gramos; la margarina Tulipán de 500 gramos, que se redujo a solo 450 gramos, y la botella de dos litros de Pepsi Cola, en la que solo había 1,75 litros de refresco. También ha ocurrido algo similar con el sobre de chorizo Revilla de 1 euro, que pasó de los 80 a los 70 gramos; el jamón cocido Campofrío, que también vendía por un euro el paquete de 90 gramos que antes contenía 110 gramos y los yogures Activia, con cinco 5 gramos menos de producto.

Una de las primeras en responder fue Pastas Gallo, que reconoció que la empresa redujo en ocho gramos el contenido de sus paquetes de producto, pero que lo hizo "con total transparencia en el momento de su implementación, indicando con claridad en el etiquetado el nuevo gramaje, de acuerdo con la normativa legal vigente".

¿Qué impacto tiene en el bolsillo?

Según las estimaciones de la OCUun 7% de la cesta media de la compra está sujeta a la reduflación, una práctica que considera "una subida encubierta de precios y una falta de respeto". No hay todavía estimaciones sobre cuál ha sido el impacto económico de esta práctica hasta ahora, entre otras cosas, porque no siempre es fácil de detectar.

¿Qué pueden hacer los consumidores que lo detectan en España?

Hasta ahora, la única vía para combatir estas situaciones ha sido la denuncia, bien a las organizaciones de consumidores, bien a través de redes sociales. Ahora, tras la aprobación de la proposición no de ley socialista, se espera que el Gobierno tome cartas en el asunto y despliegue medidas para mejorar la información y los controles de inspección en los establecimientos comerciales.

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¿Qué se ha hecho en otros países para frenarla?

En Francia, desde el pasado 1 de julio, existe la obligación específica de que las superficies comerciales de más de 400 metros cuadrados informen a los consumidores, sobre cualquier cambio de cantidad y precio. "En concreto -establece el Gobierno francés-, se debe colocar un cartel cerca del producto cuando su cantidad disminuye y su precio permanece inalterado o aumenta". Y, a modo de ejemplo, prosigue: "Se deberá indicar la siguiente afirmación: 'Para este producto, la cantidad vendida aumentó de X a Y y su precio en (la unidad de medida en cuestión) aumentó un …% o … euros'". La legislación gala prevé sanciones de hasta 5.000 euros para los infractores.

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