Perfil

Un Willy Fog en las finanzas

Ignacio Julià es consejero delegado de ING España y Portugal

Ignacio Julià, en Barcelona, después de una conferencia en Esade / Ricard Cugat

Nació en Alcoi, creció en el sur de Francia, volvió a España y se licenció en Administración y Dirección de Empresas. Ha desarrollado su carrera profesional en Nueva York, los Países Bajos, Polonia y Madrid. Con 47 años, el consejero delegado de ING España y Portugal, Ignacio Julià, ha incorporado la globalización como una seña de identidad que aporta valor a lo que hace. "Al final, eres una persona más abierta, con más ganas y con vivencias muy ricas".

"Crecer entre dos culturas, la francesa y la española, ha marcado mi vida -argumenta- y me ha ofrecido un abanico de oportunidades increíbles de interacción con las personas y de aprendizajes. Además de una relación muy especial con mi familia. Tanto es así que, después, he querido brindar a mis hijos esa exposición internacional". Nicolás, de 18 años, estudia Business Analytics en los Países Bajos, y Adriana, que cumple 17 años el 24 de marzo, se ha trasladado a Estados Unidos para cursar allí los dos años previos a la universidad.

Muchas horas y pasión 

Julià no fue un estudiante excepcional, "decente, sin más", hasta que se encontró con las matemáticas financieras, la macroeconomía y la gestión bancaria en CUNEF. "Descubrí que me entusiasmaba y le dediqué muchas horas y mucha pasión. Además, empecé a sentirme orgulloso de ser un buen estudiante".

Antes de trabajar en ING estuvo de cajero en una oficina de Caja Madrid en el barrio madrileño de Arturo Soria. Una experiencia profesional que en su momento no valoró demasiado pero que reconoce que le sirvió de mucho en su carrera profesional posterior. Después obtuvo una beca del BBVA para trabajar en corporate banking en Manhattan, Nueva York. "Llegué con 22 años, una maleta y una dirección donde empezar el lunes. Además de pasármelo muy bien, aquella experiencia me sirvió para hacerme más persona".

Y cuando todo en su carrera parecía encaminarse hacia la banca de inversión y la consultoría estratégica, ING se cruzó en su camino. Era 1999. "Me encantaron las entrevistas y me dije: ‘¿Por qué no?’. Tenía 23 años y fue un proceso intenso pero, sin duda, la mejor decisión de mi vida. Conocí a César González Bueno, Alfonso Zapata, Marta Aguirre... yo era el trabajador más joven del banco". 

Karlova en Spotify

Un viaje a Praga con tres amigos y el nombre de una calle que frecuentaban acabó de dar forma al grupo de música que habían formado. Era Karlova. Ignacio Julià tocaba la guitarra y cantaba. Duró poco más de cuatro años y sigue manteniendo el contacto con Daniel Beneito, bajista, y Álvaro Rodríguez, el otro guitarrista. "El batería fue cambiando". Llegaron a grabar una maqueta que para su 40 cumpleaños, explica orgulloso, le regalaron en Spotify. Y entre el público, un día de concierto, conoció a Marta, su mujer. Hoy, la música sigue muy presente en su vida. Durante la crisis de 2008, "intentando buscar un momento para desconectar", empezó a tocar la batería. Un hábito que recuperó en su vuelta a España y que mantiene una hora a la semana.

Sin planificarlo lleva ya 24 años en ING, donde ha ejercido, entre otros, de responsable de negocio minorista y de director financiero y de riesgos. Pero sin duda hay un antes y después de Polonia, donde se trasladó en 2012 para dirigir el negocio de banca minorista ING Bank Slaski. "Los años de Polonia tienen algo de especial. Conseguimos llevar al banco a lo más alto, con una transformación cultural tremenda. Un reto complicado para un español, en Polonia, en un banco holandés. Y no solo conseguimos que fuera un éxito, sino que nos convertimos en parte de la familia polaca", recuerda.

Optimista por defecto, pone siempre a las personas, al cliente, en el centro de su discurso y consigue transmitir su pasión por ellos y por hacer las cosas de una forma diferente. "En Polonia me di cuenta de que en el mundo digital hasta que las cosas no están listas tienen cero impacto; en el mundo de las personas, cuando consigues que crean en el proyecto, el impacto es exponencial y va a toda velocidad estés en la fase en la que estés".

Dos veces al mes se toma un café con 15 trabajadores escogidos de forma aleatoria

Así, intenta reunirse cada 15 días con 15 trabajadores de ING, escogidos de forma aleatoria. Se toma un café con ellos e intercambian opiniones. Sin guión, sin presentaciones. Julià está convencido de que debe seguir mejorando la empatía con las personas con las que trabaja: "La sociedad cambia mucho, los perfiles evolucionan, para conectar con las nuevas generaciones, por ejemplo, hay que hacerlo de forma diferente; hay que seguir mejorando".

De hecho, tal y como explicó en la sesión de Matins Esade que protagonizó el pasado 9 de marzo, es indispensable "analizar cómo está cambiando el mundo para saber cómo deben evolucionar los bancos si queremos seguir siendo relevantes". A su entender, más que en el qué la diferencia entre entidades va a estar en el cómo. "No se trata de lanzar una app sino de cómo llevar la experiencia del cliente a un nuevo nivel".

ING España y Portugal ganó 303 millones de euros en 2022, lo que supone un 14% más respecto al año anterior en el que los beneficios fueron de 267 millones. Un crecimiento que quiere seguir liderando, el tiempo que sea, bajo un mantra: "Tiene que ser bueno para el cliente, para el equipo y para ti, por este orden".

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