ENTREVISTA

Salvador Martí: "La gente se sorprendería de lo sencillo que es sacar una empresa a bolsa"

El presidente ejecutivo de Vanadi Coffee aspira a abrir 35 cafeterías en Alicante y dar el salto a Madrid, Valencia y Barcelona para preparar su salida a bolsa

El empresario Salvador Martí, en el establecimiento de la cadena de cafeterías Vanadi Coffee en la avenida de Maisonnave, en Alicante. / ÁLEX DOMÍNGUEZ

Presidente ejecutivo de Vanadi Coffee. El empresario alicantino ha iniciado los trámites para sacar a cotización al BME Growth la nueva cadena de cafeterías que ha creado junto a Vicente Terol, con la que quiere plantar cara a los bares de toda la vida, siguiendo el modelo de expansión de Starbucks en Estados Unidos. Es su tercera experiencia en estas lides, tras haber lanzado al mercado a la tecnológica Facephi y haber protagonizado la primera salida a bolsa de un equipo de fútbol español, el Intercity.

-Hasta ahora usted no había tenido relación, que se sepa, con el sector de la hostelería. ¿Cómo surge el proyecto de Vanadi Coffee?

Es cierto, no tengo ninguna experiencia en la hostelería, pero tampoco la tenía en el fútbol ni en la biometría. El proyecto nace de la idea de intentar profesionalizar el sector de los bares en España. Nos dimos cuenta de que existen marcas potentes en el sector que están en sitios estratégicos, como puede ser Starbucks, que en España está únicamente posicionado en las calles premium, pero no en los barrios o en la periferia de las ciudades. Sin embargo, en Estados Unidos Starbucks sí está en cada barrio, casi en cada esquina de todas las ciudades norteamericanas. Nuestra idea es replicar ese modelo de Starbucks en Estados Unidos: crear una marca que tenga presencia en sitios premium para lograr el reconocimiento y exponer nuestro producto, pero luego ir creciendo en el perímetro, no ubicarnos solamente en las calles premium. 

-¿Hay nicho para un nuevo operador en un sector tan maduro como la hostelería?

Totalmente. De hecho, creemos que hay más nicho en la periferia que en las calles premium, porque con quien queremos competir es con el bar pequeño. Nuestro nicho es el desayuno, el café, y creemos que, con la economía de escala de una cadena, podemos competir en precio con los bares pequeños.

-¿Qué más aporta Vanadi para competir?

Queremos aportar sobre todo tecnología. Estamos desarrollando un programa para poder pagar en el momento que tú quieras. Una de las cosas que más rabia da es que el cliente está acostumbrado a esperar para que le sirvan y estar todo el tiempo que quiera en una cafetería o en un restaurante, pero hay una cosa que a la mayoría no le gusta nada: tener que esperar cuando se quiere ir, y tener que llamar cinco veces al camarero para pagar. Y luego el tiempo que se pierde, porque llamas al camarero, viene, te trae la cuenta y, si quieres pagar con tarjeta, tiene que volver a por el datáfono. Nosotros queremos que con un código QR se pueda pagar desde la mesa y que, cuando quieras, puedas levantarte y marcharte.

-¿Va a entrar la cadena en el reparto a domicilio?

Todavía no, pero está en la hoja de ruta.

-Ha comentado el tema de la tecnología, pero, ¿qué ofrecen desde el punto de vista del producto?

Vamos a crear un obrador para poder suministrar a las primeras 30 cafeterías que habrá en Alicante, para tener un producto artesanal y hecho desde aquí, desde la ciudad. Queremos que el producto sea lo menos industrial posible. Un bar pequeño no puede permitirse el tener toda su bollería artesanal y es algo que nos puede diferenciar.

-¿Por dónde pasan sus planes de expansión?

Ahora tenemos cuatro cafeterías abiertas y cinco en obras. Las 35 primeras las queremos en Alicante. Al fin y al cabo, somos alicantinos y es donde vamos a iniciar la expansión. Pero, para la salida (a bolsa) queremos contar con flagships en Madrid, en València y en Barcelona. 

-A medio plazo el objetivo es más ambicioso, hablan ustedes de unas 90 cafeterías en tres años... 

Sí, el objetivo es más ambicioso y, por eso, queremos salir a bolsa, para financiar el crecimiento. Este es un negocio maduro, con unos ingresos recurrentes, pero necesita bastante efectivo para abrir. El coste medio de una apertura de Vanadi son entre 200.000 y 250.000 euros, es decir, que para abrir diez Vanadi necesitas 2,5 millones. El salir al mercado es para conseguir esta financiación y abrir entre 30 y 35 locales cada año.

-¿Qué inversión se prevé en total?

De momento ya se ha levantado (en rondas de inversión) 2,1 millones y ahora en febrero iniciamos una ronda de dos millones de ampliación de capital, y en la salida a bolsa haremos otra de tres millones.

-Habla de que quieren combinar algunas flagship con una red más amplia en los barrios. ¿Estas cafeterías en zonas premium son rentables por sí solas o únicamente como promoción y para hacer marca?

Inicialmente pensábamos que iba a ser solamente rentable por el tema de la marca, pero lo cierto es que la cafetería de Maisonnave (la calle más comercial de Alicante) ha sido rentable a partir del cuarto mes. Yo pensaba que iba a ser una inversión puramente de marketing, que nos iba a costar dinero.

-¿Por qué salir a bolsa y no recurrir a otro tipo de financiación, como la bancaria?

El crecimiento con deuda financiera en un momento tan inicial de una compañía es muy peligroso. Lo más sano es la ampliación de capital y tener la mínima carga financiera posible. En el momento en el que tengamos el suficiente beneficio en las tiendas para poder soportar una financiación, nos lo podemos plantear, pero, ahora mismo, lo mejor es diluir al accionista y no tener deuda. En estos momentos la deuda de Vanadi es cero. Yo prefiero tener el 10% de una compañía solvente, sin deuda, que tener el 50% o el 60% de una compañía con deuda, que creo que al final es lo que provoca el riesgo de desaparecer.

-¿Las empresas españolas dependen demasiado de la financiación bancaria?

Probablemente, sí. Mire, a la hora de salir a bolsa, el problema que muchos ven son las exigencias de transparencia, pero, si te haces a la idea de que la empresa no es tuya, que es de todos los accionistas y que tienes que ser transparente, la facilidad de financiación que consigues a cambio es tremenda.

-¿Y por qué cree entonces que las empresas española prefieren tirar de banco antes que salir a cotizar?

Por no diluirse. Muchos empresarios prefieren tener a lo mejor el 100% de una empresa que vale un millón, que tener el 20% de una empresa que vale cien. Pero yo creo que es por el desconocimiento de los beneficios que te da más que nada.

-¿Son muy complejos los trámites para salir a bolsa?

No, en absoluto. Hay que constituir una sociedad anónima y luego hay una serie de procesos de transparencia, que es hacer una due dilligence financiera, legal, laboral y fiscal. Es decir, hay que exponer a través de un tercero que eres transparente y que todo está en regla, y hacer una auditoría.

-Se lo encuentra usted hecho... 

Quizá sea porque es mi tercera vez, pero realmente el proceso es muy sencillo: saca todo lo que tienes en el cajón y ponlo encima de la mesa. La gente se sorprendería de lo sencillo que es.

-¿Cómo valora sus anteriores experiencias sacando a bolsa, primero la tecnológica Facephi -experta en el desarrollo de ‘software’ de biometría- y luego el Intercity, el primer club de fútbol español en cotiza?

Muy positivas. En el caso de Facephi, la empresa ya factura más de 20 millones y gana muchísimo dinero. Si no hubiéramos salido a cotizar, hubiera sido imposible. Cuando Facephi salió al mercado tenía 25 empleados y ahora son cerca de 250. Y lo mismo pasó con el Intercity. El capital que se ha levantado con la salida a bolsa y con las sucesivas ampliaciones ha hecho que el equipo haya ascendido cuatro veces en cinco años. Sin esos fondos, hubiera sido imposible.

-¿Cómo entró en el mundo de la tecnología? ¿Fue por formación?

No, no tengo formación ni de Ingeniería Informática ni tampoco la tengo de fútbol ni tampoco la tengo del café. Al final, el objetivo no es saber hacer nada, es encontrar a la persona que lo sabe hacer. Tuvimos la destreza de encontrar a los mejores ingenieros para Facephi, a los mejores profesionales para el Intercity y ahora para Vanadi.

-¿Y cómo entró en ese mundo de la tecnología? ¿Cómo se le ocurrió apostar por el desarrollo de un ‘software’ de reconocimiento facial?

Yo tenía una tienda de informática y llegó un amigo y me enseñó una tecnología de reconocimiento facial de Israel. Empezamos a verla y estudiarla con la idea de comercializarla, pero decidimos que, en lugar de vender un producto de un tercero, íbamos a contratar a ingenieros de la Universidad de Alicante y hacer nuestra propia tecnología. Lo que pensábamos que iba a ser un año o año y medio para desarrollar el algoritmo tardamos siete años. Desde 2007 hasta 2014, nos pasó de todo, hasta nos arruinamos.

-De hecho, la primera empresa que montaron acabó cerrando...

Sí, cerró en 2012. A veces el problema no es tener una tecnología madura, es tener una tecnología demasiado pronto, que es igual de malo que llegar tarde. Llegamos demasiado pronto a ofrecer nuestra tecnología porque, realmente, los clientes no lo podían utilizar: en 2007 nadie se podía autenticar con la cámara del teléfono porque no tenían cámara frontal. Aguantamos lo que pudimos. Cuando la compañía cerró, nos quedamos sin nada, pero con el know how, y decidimos crear Facephi y fue en 2014 cuando el primer banco apuesta por nosotros y, a partir de ahí, hoy son más de 200 entidades las que usan la tecnología de Facephi.

-Cuando salieron a bolsa también les costó despegar porque coincidió con el escándalo de Gowex...

Fue la tormenta perfecta. El día que salimos a cotizar, se detecta un supuesto fraude en la empresa más grande del mercado. Aquello nos puso en duda a todas las empresas que estábamos en el mercado, se nos puso a todas en entredicho. Tuvimos que aguantar como pudimos hasta que el tiempo lo puso todo en su lugar, pero fue una travesía del desierto durísima.

-En el caso del Intercity, siempre ha asegurado que es aficionado, pero no forofo del fútbol. ¿Por qué lanzarse a la aventura de sacar a bolsa un club?

Decidimos hacerlo porque nadie lo había hecho. Veíamos que el Hércules tenía a 20.000 personas en un playoff y había una deuda de 20 millones de euros, y pensábamos que, si cada uno de los que estaban en el campo pusiera 1.000 euros, se pagaría y el equipo podría sobrevivir. ¿Por qué no los ponían? Porque la gente no está dispuesta a poner dinero a cambio de nada. Veíamos que en otros países como Inglaterra, Italia, Portugal o en Dinamarca sí que había clubes que cotizaban y con una base de accionistas que los apoyaban, y nos propusimos crear un club en el que cualquier persona pudiera participar y pudiera llevarse un rendimiento futuro, si el club hacía las cosas bien. Decidimos hacerlo desde cero. Empezamos en Primera Regional y, con las aportaciones de los socios, empezamos a crecer hasta llegar a 1ª RFEF.

-De momento, lo que parece es que la cotización no les ha acompañado. Llegó a estar a dos euros y ahora ronda los 0,25.

Bueno, los resultados deportivos no están acompañando, y eso es así. Pero, cuando las cosas no están funcionando bien, no hay que lamentarse, lo que hay que hacer es trabajar y las cosas se darán la vuelta e irán a su sitio. Solo es cuestión de tiempo. Yo ya tengo la experiencia de Facephi, he visto sus acciones a 0,30 y luego las he visto a 9 euros. Cuando viene una caída hay que agarrarse fuerte y trabajar duro, porque, al final, el accionista reconoce tu trabajo y los resultados salen.

-Pero en el fútbol, como ha dicho usted, dependen de los resultados deportivos.

En un partido puedes ganar o perder contra cualquiera, y ahí está el partido que jugamos contra el Barça, que estuvimos a punto de ganarle. A un partido todo puede pasar, pero a la larga el trabajo siempre sale.

-¿Por qué no se animan más equipos a seguir la estela del Intercity?

Probablemente, en un principio es por falta de información y luego porque algunos piensan que es más complicado de lo que es. Pero es cuestión de tiempo que se animen más clubes, porque, al final, si quieres llegar al fútbol profesional, los niveles de transparencia que te exige LaLiga son superiores a los que se exigen a una empresa cotizada.

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