ECONOMÍA SILVER

Sanidad y tercera edad: España, el mejor país para hacerse mayor

El envejecimiento de la población se convierte en un actor clave en la biomedicina

Turistas jubilados disfrutando de la playa en Benidorm.

Más del 40% de la población española superará los 65 años en 2050. Si las previsiones de la OCDE se cumplen, España tendrá la mayor tasa de dependencia de la Unión Europea. Lejos de ser un lastre, el país será caldo de cultivo para la biotecnología, la salud y la economía enfocada a las personas mayores, la llamada silver economy (economía del envejecimiento). De ahí que José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio en España, destaque la sanidad junto a «la defensa, la tecnología, el turismo y la alimentación como uno de los sectores que pueden mostrar una mayor pujanza en 2023». «Gracias a que España cuenta con empresas con un alto componente de innovación en el sector de la sanidad y la farmacéutica, también puede posicionarse como líder en innovación y desarrollo de terapias avanzadas y en el fomento de una medicina de vanguardia y de precisión», asegura, por su parte, el socio responsable de Mercados de PwC España, Manuel Martín Espada.

La sanidad representa el 8% del PIB español y da trabajo a 1,8 millones de personas. El gasto sanitario público por habitante se sitúa en los 1.478 euros, aunque varía entre comunidades autónomas. En la parte más alta de la tabla se encuentra Asturias, que destinó 1.931 euros por cada habitante, seguida de País Vasco (1.897 euros) y Navarra (1.888). Madrid se sitúa en la cola con 1.179 euros por cada persona y le sigue Catalunya (1.246 euros) y Andalucía (1.372 euros). El Gobierno destinará 7.049 millones de euros al sector salud en 2023, el 6,7% más que en 2022. Este sector también recibió 325 millones de euros en 2022 para impulsar la innovación y desarrollo de la biomedicina en España, el 5% más que el año anterior.

Y es que la economía de la salud es uno de los referentes españoles. «España es una potencia a escala internacional en la realización de ensayos clínicos», señala el presidente de AFI, Borja Foncillas. Hay más de 100 plantas de producción de fármacos repartidas por el país y se avanza a pasos agigantados en nichos como la nanomedicina, la telemedicina y la neurociencia. «Existe una vibrante dinámica de generación de start-ups en el ámbito biotecnológico, que sin duda será uno de los determinantes de la prosperidad de los próximos años», agrega Xavier Ferràs, decano asociado del Executive MBA de Esade.

Eso sí, no hay que olvidar que España deberá compartir espacio con países líderes en sanidad, como Francia y EEUU. «Para poder competir con los grandes actores del sector, nuestro país deberá continuar desarrollando el tejido empresarial y de colaboración en este ámbito», apunta el presidente de Grant Thornton España, Ramón Galcerán. El país, no obstante, parte de un buen puesto: el sector de la tecnología sanitaria cerró 2020 con una cifra de facturación de 17.332 millones de euros, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Inversión en innovación

La manera de conseguirlo es mediante un incremento de inversión. De ahí que el Ministerio de Ciencia e Innovación, junto al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), haya destinado 10 millones de euros a 34 proyectos vinculados a la medicina personalizada y terapias avanzadas.  La cuantía podrá ascender hasta los 55 millones de euros para financiar proyectos colaborativos de I+D+i. Al mismo tiempo, el Gobierno se valdrá de los fondos europeos para financiar el PERTE para la salud de vanguardia, una inversión de 1.469 millones de euros a realizar entre 2021 y 2023 donde la medicina de precisión ocupa un lugar relevante.

Los fondos provenientes de la Comisión Europea también aumentarán el presupuesto de 2023 dirigido a la sanidad hasta los 7.049 millones de euros, un 6,7% más que en 2022. Del total, 172 millones de euros se destinarán a la atención primaria y 500 millones a infraestructuras de los ambulatorios y la salud mental.

Los avances tecnológicos también responderán al envejecimiento de la población, que conllevará «un crecimiento y desarrollo de todos los sectores y actividades relacionadas con el ámbito sanitario y la economía de los cuidados», destaca el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Coincide con él Joaquín Maudos, director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie): «Hay oportunidades de negocio para los próximos años que España debe aprovechar. Es una fuente de generación de empleo y de rentas».

Será la generación del baby boom, aquellos nacidos entre 1957 y 1977, la que encabece el cambio de la economía en España. Según la última proyección de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el envejecimiento de la población espoleará el déficit público para 2050 hasta el 191% desde el 139% sobre el total del PIB. Según la OCDE, el 25% del PIB de Europa se debe a las oportunidades de negocio relacionadas con la tercera edad y se espera que en 2025 suponga el 37,8% de sus empleos.

La economía de las canas representó el 26% del PIB español en 2021 y empleó a 4,4 millones de personas. Al año genera 118.000 millones de euros en impuestos, según un informe de la Oxford Economics y la Universidad de Salamanca, y «su actividad económica alcanza a todos los sectores: al turismo, estética, antiaging, al sector residencial para mayores, el coliving y a servicios de la tercera edad», desgrana Miguel Vicente, presidente de Tech Barcelona, así como los servicios de acompañamiento a domicilio.

De todos ellos, los servicios de asistencia a personas mayores serán la clave. «España tiene mayor potencial por la mayor empatía que tiene con la tercera edad y por la vinculación que tenemos con nuestros mayores», expone el catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia y director de estudios de Funcas, Santiago Carbó, un tipo de negocios que podrían potenciarse «también a escala internacional». En la banca también surgirán nuevos productos financieros enfocados a la jubilación, principalmente para planificar el envejecimiento, y el sector de la moda ya está evolucionando hacia un público más mayor que también es quien más gasta.

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