MISCELÁNEA
He venido a hablar de mi libro: Mar del Olmo
La escritora, que también es correctora, asegura que su nuevo libro es "una novela con toques de humor, pero que trata temas muy vigentes en nuestra sociedad"
Mar del Olmo, autora de 'Mala vida'. / EPE
Mar del Olmo
He ensayado delante del espejo muchas veces ese discurso que empieza como el del gran Paco Umbral: "He venido a hablar de mi libro…". Pues hoy finalmente se hace realidad.
Mala vida se gestó como una bravuconería entre hermanos, una lucha fraternal por saber quién era el más divertido y gracioso de los cuatro. Algo muy propio del carácter manchego, la risa como pasaporte. La idea era transformar en palabras la ingrata vida que debe llevar un personaje odioso cuando sufre un accidente doméstico y acaba desnucado en el baño de su casa. En ese caminar por el túnel hacia la luz, termina en la antesala del cielo, donde lo recibe un Dios bastante bromista y un poco ludópata.
Ezequiel, nuestro protagonista, no termina de entender por qué no ha entrado directamente en el reino de los justos, así que el Todopoderoso tiene que hacerle ver que su vida no ha sido tan ejemplar como él pensaba. ¿La propuesta divina? Okupar por tiempo indefinido los cuerpos de diferentes personas hasta que se redima o se condene para toda la eternidad.
El mayor reto de esta novela era escribir desde la perspectiva de un personaje masculino que encarna todos los vicios que rechazo. Ezequiel es machista, homófobo, xenófobo, un tipo con doble moral; un fariseo en toda regla. Hasta ahora había escrito novelas con personajes principales femeninos, con vidas corrientes y para los que la imaginación funcionaba sola. Pero meterte en la piel del antagonista por antonomasia me costó bastante.
La parte positiva es que, a medida que Ezequiel avanzaba, aparecían otros personajes que me quitaban el mal sabor de boca. Carmen, la esposa de Ezequiel, se convirtió en un gran apoyo en los momentos en los que me habría gustado estrangular al protagonista; Juanillo, un pequeñajo de 7 años, me hizo enamorarme de nuevo de la infancia y su inocencia; Romeo, un dios de ébano, según se define en la novela, me reconcilió con el género humano; Dios y san Pedro me hicieron sonreír son sus diálogos, y así con todos los personajes.
Porque, como siempre me sucede, ellos cobraron vida y voz propias. Peleaban en mi cabeza por poder decir una frase más y fue complicado poner orden entre ellos. Morían por tener su minuto de gloria en mi novela, pero quien tenía la vara de mando era yo.
El resultado ha sido una novela con toques de humor, pero que trata temas muy vigentes en nuestra sociedad. Entre el drama y la comedia suelo decantarme por la segunda. Creo necesario que nos tomemos la vida menos en serio si pretendemos alcanzar un mínimo grado de salud mental.
Respecto a la apuesta con mis hermanos, estoy segura de que la he ganado. Puede que ellos cuenten los chistes con más gracias que yo (solo un poco), pero ninguno de ellos escribe humor inteligente mejor que yo.
'Mala vida'
Mar del Olmo
Editorial Posidonia
312 páginas. 19,90 euros
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