A menudo, a los dinamizadores culturales se les calienta la boca. Así nacen iniciativas que, no por pequeñas, son menos poderosas y transformadoras. Algo así les sucedió a Teresa Claramunt, Mercè Gimeno y Ricard Solana. Tras un recital poético en la capilla de la Misericordia de Calaceite (Teruel) comenzaron a hablar de montar una librería y dos años después abrió De Bat a Bat Llibres.
Es un proyecto abierto, un bello espacio ubicado en un antiguo molino desde donde activar la cultura del Matarranya. Tienen novedades en castellano y catalán, libros usados, infantil, obras del territorio y poesía, pero también exposiciones y cervezas, infusiones y vinos ecológicos de la tierra y un lugar de encuentro tranquilo donde charlar, en castellano y catalán, y buscar propuestas culturales que dan vida a una comarca nada vacía.